MEJILLONES TIGRE


Aquí os dejo una tapita que en casa nos gusta mucho, son los famosos mejillones tigre. Yo los definiría como unas croquetas de sabor muy suave servidas en unas cucharillas de degustación que serían las propias conchas del molusco.
Yo descubrí esta tapa, en "La Esquinica" un famoso bar de tapeo que hay aquí en Barcelona y que sinceramente para la fama que tiene, a mi me decepcionó bastante; no puedes reservar, has de hacer más de una hora de cola para luego pedirte una tapita de morro (algo que me a mi me encanta) y que te lo pongan de bolsa, para eso me compro una bolsita de torreznos de la marca Hacendado y en un abrir y cerrar de ojos quedo igual de servida... En fin, no es mi intención utilizar este blog para criticar ni mucho menos pero eso me indignó bastante.
A lo que vamos... aquí os dejo la receta.

Ingredientes:

- 500 g. de mejillones
- 100 g. de gambas cocidas y peladas
- 1 cucharada de cebolla muy picadita
- 1 cucharada bien colmada de harina
- 1 chorro de aceite
- 25 g. de mantequilla
- 200 g. de nata
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 huevo
- Pan rallado

Elaboración:

Ponemos un cazo con agua al fuego con una hojita de laurel y sal y cuando empiece a hervir agregamos las gambas para que se cuezan y los mejillones para que se abran. Las gambas con un par de minutos desde que empieza de nuevo el hervor del agua tienen suficiente y los mejillones estarán listos cuando se hayan abierto.
Separamos la carne de los mejilloes de sus conchas, pelamos las gambas y cortamos la carne en trocitos pequeños.

En una sartén ponemos el aceite y la mantequilla, agregamos la cebolla y dejamos que se poche a fuego lento. Añadimos la harina y tostamos un poco (es importante que la harina quede bien tostatida, es decir que coja un color crema, sin pasarnos. Si la harina queda cruda la bechamel coge sabor a harina y si nos pasamos de tostado a quemado). A continuación vamos añadiendo la nata poco a poco para ir integrándola bien con la harina y no se formen grumos (si a pesar de todo se nos han formado grumos, podemos pasar la mezcla por la batidora y volverla a la sartén, es un truquito que funciona muy bien, la bechamel queda igual, únicamente habremos machacado la cebolla y no la encontraremos en trocitos en la salsa). Añadimos la sal, la nuez moscada, la carne de los mejillones y las gambas y vamos removiendo hasta obtener la consistencia deseada. Ha de ser una consistencia bastante espesita, no como la de las croquetas, pero tampoco demasiado líquida. Rellenamos las conchas de los mejillones con esta masa y dejamos enfriar la masa para que la bechamel espese.

Cuando los mejillones estén fríos pasamos por huevo y pan rallado, freímos en aceite bien caliente y listos para servir.

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