CANAPÉS DE MONSTRUITOS

Estos son otros entrantes que hice para la noche de Halloween, la verdad es que como ya he dicho en alguna ocasión, yo soy más de castañada y el Halloween siempre me ha sonado a tradición muy lejana pero he de reconocer que cuando se tienen niños es bastante más divertido. Al parecer es una tradición de origen celta y era para celebrar el final de las cosechas y la última noche de verano, después de ese día comenzaba el año celta y con ello la estación oscura. Al parecer se creía que ese día se enlazaban los dos mundos, el que conocemos, con el mundo oscuro y ese día se cruzaban con los vivos los espíritus del otro mundo, tanto malignos como benévolos, por eso eso por un lado se hacían ofrendas a los espíritus de familiares y por otro se usaban máscaras para ahuyentar a los malignos.

Pero a lo que vamos, aquí os dejo unos monstruitos que son más simpáticos que terroríficos, tanto pueden servir para una cena terrorífica como para una comida infantil y son ideales para hacer con niños, a la mía le encantó colaborar.

Ingredientes:

- Queso crema tipo philadelphia (a mí el que más me gusta es uno de sabor a yogurt del Lidl)
- 1 cucharadita de pimentón
- Una pizca de pimienta negra
- Un poquito de mostaza
- Orégano
- Queso rallado
- Olivas negras
- Palitos de pan
- Cráquers de pan
- Una loncha de queso para hacer los ojos

Elaboración:

En un bol colocamos el queso crema y lo aliñamos con las especies. Con la ayuda de dos cucharadas hacemos bolas y las rebozamos en queso rallado, las colocamos sobre un cráquer de pan y sólo nos queda decorarlos.
Con la ayuda de algo redondo, tipo tapón pequeño o similar hacemos los ojos en la locha de queso. Yo he usado una boquilla de repostería pequeñita.
Pintamos lo negro de los ojos o bien con un rotulador comestible negro o con un trozo de oliva negra y pegándolo con un poco de crema. Con más queso crema pegamos los ojos a los palitos de pan, son ideales esos que son finitos y salados que son para poner como aperitivo, yo he usado unos palitos integrales que es lo que tenía a mano en casa. pinchamos los palos en las bolas de queso a modo de ojos y recortamos una boca sonriente con una oliva negra. Ya los tenemos listos para servir, a mí me han encantando porque me encanta el queso y así aliñado en casa está riquísmo. Aguantan muy bien en la nevera, por lo que se pueden preparar con antelación.